 
 
En Oncología Radioterápica, cada sesión de radiación forma parte de una secuencia cuidadosamente planificada para atacar las células cancerosas de forma progresiva. Cuando una sesión se interrumpe por enfermedad, fallas del equipo o motivos personales, el tiempo total del tratamiento puede prolongarse y con ello disminuir su eficacia.
El trabajo del Dr. R. G. Dale y colaboradores, publicado en Clinical Oncology, describe estrategias prácticas para compensar los días perdidos en tratamientos de cabeza y cuello, un tipo de cáncer que se caracteriza por una rápida repoblación celular tumoral. Según los autores, por cada día de retraso en completar el tratamiento, el control local del tumor puede reducirse entre 1 % y 2 %.
Para evitar esta pérdida biológica, los especialistas recurren a cálculos basados en el modelo lineal-cuadrático, expresados como dosis biológicamente efectiva (BED). Este método permite ajustar la cantidad de radiación o el número de sesiones de manera segura, manteniendo la eficacia sin aumentar significativamente los efectos secundarios. Algunas soluciones incluyen tratamientos en fin de semana, sesiones dobles (con al menos 6 a 8 horas de intervalo) o pequeños incrementos de dosis por fracción.
El estudio destaca que lo más perjudicial no es el día perdido en sí, sino la extensión total del tratamiento. Cuanto más se alarga el tiempo global, mayor es la posibilidad de que las células malignas se regeneren. Por eso, en centros de radioterapia de Costa Rica —donde los pacientes frecuentemente viajan largas distancias para recibir su tratamiento— es crucial anticipar feriados, fallas técnicas o situaciones clínicas que puedan causar interrupciones.
El equipo médico puede replanificar el tratamiento con base en principios radiobiológicos, pero el compromiso del paciente es igualmente esencial: asistir puntualmente a cada sesión y comunicar cualquier problema de salud o transporte. La comunicación abierta y el trabajo conjunto entre pacientes y profesionales son la mejor forma de asegurar que el tratamiento mantenga su propósito curativo.
En palabras simples, cada sesión de radioterapia cuenta. No se trata solo de una cita médica más, sino de una fracción de la oportunidad de curación. Cumplir el calendario y evitar interrupciones innecesarias puede marcar la diferencia entre controlar la enfermedad o permitir su reaparición.
 
													Comparta esta publicación
Ayúdenos a salvar vidas
Campaña de prevención
