En Costa Rica, cada mujer que enfrenta un diagnóstico de cáncer de mama inicia un recorrido que combina ciencia, humanidad y decisiones compartidas. Aunque cada caso es distinto, la mayoría transita por un “camino” que integra cirugía, tratamientos sistémicos y, en muchas ocasiones, Oncología Radioterápica.
Reconocer cómo se enlazan estos pasos ayuda a disminuir la incertidumbre y permite que la paciente se sienta acompañada en cada fase.
La cirugía suele ser el primer eslabón. Su propósito es retirar el tumor y evaluar los ganglios cercanos. Algunas mujeres requieren cirugía conservadora, mientras que otras necesitan una mastectomía; ambas decisiones se toman según la extensión de la enfermedad y las características biológicas del tumor. Después de esta etapa, el equipo médico valora si la paciente se beneficia de quimioterapia, terapia hormonal o terapias dirigidas. Estos tratamientos buscan disminuir el riesgo de que la enfermedad reaparezca en el futuro.
La radioterapia suele ser el último componente del plan integral. Desde la Oncología Radioterápica, su función es esterilizar cualquier célula microscópica que pueda haber quedado en la mama, la pared torácica o los ganglios regionales. En la mayoría de los casos, este paso es fundamental para reducir el riesgo de recurrencia local y mejorar la supervivencia a largo plazo. La planificación es cuidadosa y personalizada: se ajusta a la anatomía de cada mujer y a su historia clínica.
Comprender este camino permite que la paciente viva el proceso con mayor claridad y esperanza. Cada decisión se toma con base en evidencia científica actualizada y con el compromiso de brindar un tratamiento seguro, humano y de calidad para las mujeres en Costa Rica.
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