Cáncer gástrico T4a: ¿es segura la cirugía laparoscópica? Lo que debe saber un paciente

En Costa Rica, muchas personas reciben el diagnóstico de cáncer gástrico avanzado y deben prepararse para una cirugía mayor como parte esencial de su tratamiento. La duda más frecuente es si la cirugía laparoscópica (menos invasiva y con incisiones más pequeñas) es tan segura como la cirugía abierta tradicional. Un estudio reciente publicado en JAMA Surgery aporta información clara y basada en evidencia para ayudar a tomar decisiones informadas.

Este estudio comparó dos técnicas para tratar el cáncer gástrico T4a, una etapa en la que el tumor alcanza la capa externa del estómago (serosa). Se evaluó la gastrectomía distal laparoscópica frente a la gastrectomía abierta, ambas con una disección completa de ganglios linfáticos (D2), que es el estándar para un tratamiento curativo.

Los resultados mostraron que ambas cirugías tuvieron tasas muy similares de complicaciones y mortalidad a 30 días. Aunque la cirugía laparoscópica tomó más tiempo y generó un poco más de sangrado, esto no aumentó el riesgo para el paciente. Las infecciones, problemas respiratorios, complicaciones abdominales y necesidad de reoperación fueron comparables entre los grupos. Incluso la recuperación (tiempo para tolerar dieta, eliminar gases y salir del hospital) fue prácticamente igual.

Lo más importante es que la cirugía laparoscópica logró la misma calidad oncológica: márgenes adecuados, número suficiente de ganglios extraídos y baja posibilidad de dejar enfermedad residual. Esto significa que, en manos expertas, la laparoscopia no compromete la intención curativa.

Para los pacientes en Costa Rica, estos hallazgos ofrecen tranquilidad. En centros donde existen equipos entrenados y protocolos estandarizados, la cirugía laparoscópica puede ser una opción válida y segura, proporcionando una recuperación más cómoda sin sacrificar la efectividad del tratamiento. La Oncología Radioterápica continúa siendo un aliado importante después de la cirugía cuando se requiere un control más amplio de la enfermedad, pero este estudio confirma que el abordaje mínimamente invasivo puede formar parte de un plan integral moderno y de alta calidad.